Aire Acondicionado Hisense: Historia y Desarrollo
Si te preguntan si tu vehículo dispone de aire acondicionado, probablemente digas “pues claro”, poniendo cara rara, y siguiendo adelante con tu día. Pero si hacemos esta pregunta en los años 30 del siglo pasado, solo un hombre hubiese dicho que sí. Ese hombre es Mr. John Hammam Jr, un multimillonario de Texas, Estados Unidos, que sufría la “fiebre del heno”.
Como no quería pasarse la vida encerrado en casa, y disponía de medios económicos para evitarlo, este hombre encargó a Kelvinator instalar un aire acondicionado en su Cadillac, que iba accionado por un motor separado del principal del coche, a gasolina también, que movía un compresor, todo esto colocado en el maletero del coche.
A día de hoy vemos como algo normal que todos los componentes estén bajo el capó del coche, pero partimos de la base que no hay nada desarrollado, y todo se hace a base de prueba y error, juntando factores que posibilitan este desarrollo.
El primer factor es un refrigerante apto para su uso en el automóvil, ya que entonces el más popular era el amoníaco, con los riesgos que conlleva en caso de fuga, seguido del clorometano (conocido como R-40) y el dióxido de carbono (que se está volviendo a usar a día de hoy).
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