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Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o infecciones de transmisión sexual (ITS) son afecciones que se transmiten de una persona a otra por vía sexual, ya sea manteniendo sexo vaginal, anal u oral. Los síntomas de estas enfermedades son varios y, en ocasiones, muy molestos. Las ETS pueden padecerlas tantos los hombres como las mujeres, aunque las consecuencias más graves de salud suelen padecerlas las mujeres. La mejor arma para combatir las ETS es la prevención, ya sea mediante el uso del preservativo, las vacunas u otras medidas. A pesar de ello, hoy en día existen tratamientos para casi todas estas infecciones y, por tanto, es fácil curarse de una ITS.
¿Cuáles son las causas de las ETS?
Las infecciones de transmisión sexual se transmiten mediante el contacto de fluidos como, por ejemplo, sangre, semen, flujo vaginal, etc., de ahí que la principal vía de contagio sea manteniendo relaciones sexuales sin protección. Sin embargo, las ITS también pueden transmitirse por el uso de jeringas contaminadas, transfusiones sanguíneas, contacto entre heridas e incluso algunas de ellas pueden transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo o el parto. Los agentes causales de estas infecciones de transmisión sexual son los siguientes:
- Bacterias: gonorrea, sífilis, clamidia
- Virus: papiloma humano, hepatitis, herpes genital, VIH
- Parásitos: sarna, tricomoniasis
Factores de riesgo
En general, todas las personas que mantienen una vida sexual activa y que no usan protección de barrera como el preservativo están expuestas a padecer una ETS. No obstante, a continuación vamos a comentar los factores que pueden aumentar el riesgo de infección:
- Tener una edad entre 15 y 24 años.
- Mantener relaciones sexuales sin protección con varias parejas.
- Tener antecedentes de ITS.
- Las violaciones o agresiones sexuales.
- Abuso de alcohol y drogas, sobre todo aquellas en las que se comparten jeringuillas.
¿Cuáles son los factores de riesgo de las ETS?
En caso de haber sido expuesto a cualquier situación y/o tener sospecha de un posible contagio, lo más recomendable es acudir al médico, ya que las pruebas de detección de las ETS son muy fáciles de hacer mediante un análisis de sangre.
Síntomas de las ETS
En primer lugar, hay que tener claro que las ETS no siempre van a dar lugar a signos y síntomas en la persona afectada. Por ello, las ETS pueden pasar desapercibidas durante largos periodos de tiempo, hasta que aparece alguna complicación. También puede pasar que los síntomas no aparezcan hasta años después de la infección. En otros casos, en cambio, sí que aparecen síntomas a los pocos días de la ITS y es posible hacer un diagnóstico más rápido. Los signos y síntomas más comunes de las enfermedades de transmisión sexual son los siguientes:
- Dolor al orinar.
- Flujo vaginal con mal olor o color.
- Dolor en las relaciones sexuales.
- Sangrados vaginales que no se corresponden con la menstruación.
- Dolor en la parte baja del abdomen.
- Secreción del pene inusual.
- Aparición de llagas, verrugas o úlceras en la zona genital o bucal.
- Ganglios linfáticos inflamados y doloridos.
- Fiebre.
- Erupción cutánea.
¿Qué tipos de ETS existen?
Existen más de 20 tipos de enfermedades de transmisión sexual. A continuación, vamos a comentar las ETS más comunes y los posibles tratamientos para combatirlas.
Clamidia
La clamidia es una de las ETS más comunes y está causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. En la mayoría de casos, la clamidia no presenta síntomas en la persona afectada, pero puede tener consecuencias graves para la salud si no es tratada, como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) en las mujeres. El tratamiento de la clamidia consiste en antibióticos, como Azitromicina o Doxiciclina. Además, la pareja deberá evitar el contacto sexual hasta confirmar que la infección ha desaparecido, ya que es fácil contagiarse de nuevo.
Gonorrea
La gonorrea, también conocida como blenorragia, es una infección causada por la bacteria Neisseria Gonorrhoeae. Su principal vía de contagio es el sexo vaginal, anal u oral. Al igual que en el caso anterior, la gonorrea no suele cursar con síntomas, pero puede provocar la enfermedad inflamatoria pélvica si no se trata, dando lugar a infertilidad y problemas durante el embarazo. El tratamiento es muy sencillo con la administración de antibióticos como Ceftriaxona y Azitromicina.
Sífilis
La sífilis es una infección bacteriana que puede llegar a ser grave si no se trata de forma temprana. La bacteria causante es Treponema Pallidum y afecta tanto a hombres como a mujeres. Su principal síntoma es la aparición de unas llagas en el área genital llamadas chancros, los cuales son muy contagiosos. En los casos más graves, la sífilis puede dar lugar a daños cerebrales, parálisis y ceguera. Los antibióticos utilizados para curar la sífilis son Penicilina G y eritromicina.
VPH
El virus del papiloma humano o VPH es la enfermedad de transmisión sexual más común que existe. Existen unos 40 tipos de VPH que afectan a los genitales tanto de hombres como de mujeres y se transmiten a través del contacto sexual. El VPH provoca la aparición de unas lesiones en la piel conocidas como verrugas genitales, las cuales son indoloras pero muy contagiosas. En los casos más graves, el VPH puede dar lugar a ciertos tipos de cáncer. La infección por VPH no tiene cura, pero hay otras acciones que pueden prevenir su aparición y desarrollo de cáncer, como las vacunas o la realización de citologías periódicas.
Hepatitis B
La hepatitis es una enfermedad que afecta al hígado.
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